Hoy, ahora mismo, tengo ganas de morirme. Me siento inferior, me siento un objeto, siento que me han quitado la poca libertad que tenía, si me siento como una mierd. Tengo mañana un examen, pero eso da igual, quiero un buen helado de chocolate, una estufa, que hoy hace frío, una manta y a mi gata Lea, con eso me basta y me llega. A veces me pregunto que para que coño tenemos novio. A veces me pregunto por que aparece una persona que te valora y hace que a la vez te des cuenta de que el mundo te infravalora. Me pregunto tantas cosas, y en mi cabeza pasa: vaso de cristal+mano: alguién me hará caso. Por que si, por que el suicidio es una arma de derramar no sangre, si no rabia, de decir, ''mirad lo que me habéis hecho'', tu cuerpo prefiere vivir, pero el odio es tan hondo que le da igual lo que el corazón piense. Hace 3 semanas conocí a una tía de puta madre, sin reparos en la boca, le gusta el sexo, habla de penes y tan contenta, la verdad es que me pone y le pongo. El consentimiento, no obstante, me lo dio mi pareja, como no, de poder hablar de estas cosas. Cuando veía cumplida esa fantasía sexual de tantas mujeres, de probar a otra mujer de sentirse bien, sin reproches, entonces hay algo que lo desbarata. En fin, la vida sigue, aunque a veces me gustaría mandarle un saludo un poco escabroso. Decirle, ''HOLA VIDA DE MIERDA'', ¿por qué se empeñará en hacernos daño? Qué si la hipoteca, que si el dinero, que si los hijos, que si los novios o las novias, em fin… todos son peros… ...Una cosa es cierta el ser humano está loco de atar, y muchas veces prefiere jugar con la muerte que enfrentarse a la vida. Amelia
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AutorMiriam Otero Pousada. Archivos
Octubre 2016
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O rincón de FaMi